Análisis
Después de haber leído esta carta que había hecho el jefe indio Noah Sealth en 1854, me he dado cuenta de que todo lo que el describió es lo que pasa en la actualidad, en donde el hombre de todas las etnias sin importar se apropia de la tierra a través del dinero y el poder sin importarles las consecuencias de como se va afectando poco a poco y al final no tendremos nada que dejarles a las nuevas generaciones.
El jefe indio hablo del cuidado de los animales, el agua, el aire, el suelo, que todos estos eran como sus hermanos, les tenía un cariño extraordinario, a pesar de ser considerado como “un hombre salvaje”, preservaba más que los hombres blancos, donde ellos mismos se decían los “civilizados”, pero de que te vale ser civilizado sino te importa con lo demás, o te vuelves egoísta para poder satisfacer tus propias necesidades, el hombre blanco puede estar educado pero no para cuidar o valorar lo que posee.
A parte de eso también está la contaminación auditiva que existía desde tantos años atrás y en estos años se ha estado agudizando notablemente, ya no se tiene paz porque todos los fines de semana y a veces hasta días de semana tenemos vecinos que son tan amables que comparten su música para toda la cuadra y las autoridades no les dice nada, a veces hasta les apadrina sus “celebraciones”. Se ha dicho que aquí en Panamá los niveles de ruido están empeorando y ya hasta ciertos decibeles están produciendo sordera entre nuestra sociedad.
Una línea que me llamó muchísimo la atención “Si los hombres escupen en el suelo, se escupen a si mismos”, está frase no puede estar más cerca de la realidad, es lo que esta pasando en todo el mundo, como el hombre contamina sus cuerpos de agua y por ende a los seres vivos que viven ahí, consumiendo después estos seres contaminados por ellos mismos ¿Eso no es ser un tonto? Claro que es un tonto, si el mismo hombre se está exterminando, se está autoperjudicando y nosotros somos los únicos culpables y nadie más.
Tal vez el hombre blanco no entendía la vida del piel roja en ese tiempo, pero yo los entiendo perfectamente, ellos no se estaban protegiendo, ellos protegían a la tierra, el agua, el caballo, las flores, a todos esos seres que iban a desaparecer si ese lugar caía en manos del hombre blanco. Claro que se puede explotar la naturaleza, pero de una forma que no se afecte a ninguna de las partes ni a sus próximas generaciones.
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